La-de-la-Rata
La-de-la-Rata es el nombre por el que conocen mis amigos y amigas a esta historia que os voy a relatar. Quizá el hablar del encuentro con una rata con gigantismo en el lugar donde pretendías dormir una noche de verano no sea el más interesante de los temas para mucha gente, es cierto. Pero ahí está la gracia, en contarla de una forma que genere interés, supongo. No encontraréis mentira alguna en las siguientes líneas, mas, como diría Gandalf: "Toda buena historia merece ser adornada" Os pongo en situación: Corría el lejano y caluroso verano del 2014. Y no digo caluroso por capricho, puedo asegurar y aseguro que hacía un bochorno infernal, indigno, más propio de los baldíos páramos de la Mancha (hola amiguis manchegas, entendedme y no juzguéis mi sufrimiento) que de la fresca orilla del Mediterráneo. Ya se sabe, de esos que no se esfuman ni bebiendo una buena cerveza fría en esas gloriosas terrazas que te rocían con agua pulverizada cada cierto par de minutos. No sé si ...